miércoles, 6 de octubre de 2010

DESPECHO




Hoy me siento amorosa,

amorosa con los humanos como género.

El amor como acto humano no es perenne.

Mujeres y hombres lo creamos y matamos con pensamientos, palabras, obras y omisiones, como rezan los sermones.

Hay amores destinados al fracaso que surgen al depositar expectativas salidas de nuestros anhelos y no de lo que la otredad ofrece, tan pronto se desvanece la irradiación vertida de nuestro interior y proyectada en el otro, muere. La fuente de pasión cede su paso al vacío, al hartazgo y a la preparación de la huida, decorosa y honesta con palabras sutiles; o mordaz, áspera y violenta como la espada de Wilde.

Los proyectos de vida cambian, los compañeros de lucha, de crianza, de sexo modifican su plumaje también. Algunos pueden seguir recorriendo trechos juntos. Otros deciden separarse. El poliamor permite ir uniendo compañeros diversos. Algunos permitirán sanar nuestras heridas de abandono, al brindar apoyo y ternura, con otro podremos cubrir nuestras necesidades de trascendencia intelectual, con algunos compartir nuestros aprendizajes de seducción en la cama, en la cocina, en una marcha.

El filo de la espada se recrudece conforme nos conocemos menos, tenemos miedos profundos de ser lastimados, atacados, devorados, sobajados. No identificamos la fuente del sentimiento de agresión e incluso buscamos quién nos la pueda hacer, para vengar mediante el padecimiento doloroso de un nuevo sujeto, el martirio que viejos fantasmas de pasado nos infringen.

Un beso a todos los amorosos de hoy y un abrazo a todos los despechados y heridos de amor.

dausen.wordpress.com/

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